El vapor es una forma natural y eficaz de limpiar. El proceso es sencillo y amigable con el medio ambiente, convirtiéndolo en la alternativa ideal a la limpieza tradicional. Además, las opciones de aplicación son múltiples.
La limpieza con vapor no requiere de productos químicos. La combinación de la fuerza y la temperatura del vapor permite por sí sola desprender la suciedad incrustada y hace que el uso de detergentes sea superfluo. Esto protege nuestro medio de subsistencia, el agua y beneficia a la naturaleza también al desaparecer, por ejemplo, la eliminación de los materiales del embalaje de detergentes.
El condensado de vapor no deja ningún residuo que pueda provocar alergias en la superficie que se ha limpiado y se previenen además los accidentes debido a la aplicación equivocada de un detergente, como las irritaciones de la piel. El vapor retiene el polvo, evitando que se levanten alérgenos y mejorando notablemente el ambiente en la habitación.
Si se usan correctamente, las máquinas eliminan hasta el 99.999% de los virus y el 99.99% de las bacterias domésticas comunes de las superficies duras y lisas de una casa. Como en la actualidad los desinfectantes deben reservarse principalmente para atención ambulatoria y hospitalaria, las limpiadoras de vapor pueden ser una valiosa contribución a la higiene general, tanto en hogares como en usos comerciales e industriales.